Poco líquido en la bomba de frenos. Consulte al concesionario.
Burbujas de aire en la línea del freno. Consulte al concesionario.
Pistón de la bomba de frenos o de rueda desgastado. Consulte al concesionario.
Pastillas del freno contaminadas con grasa o aceite. Consulte al concesionario.
Pastillas del freno muy desgastadas. Consulte al concesionario.
Disco de freno muy desgastado o deformado. Consulte al concesionario.
El freno deja de presionar debido a la acumulación de calor. Frenado excesivo o arrastre de las pastillas del freno. Consulte al concesionario.
Arrastre del freno. Insuficiente juego libre de la palanca manual. Consulte al concesionario.